domingo, 13 de enero de 2013

Él me observa fijamente y sonríe con un fulgor impresionante. ¿Por qué le es tan fácil decirme "te quiero"? ¿por qué le resulta sentirlo sin temor? 
Me revuelvo en mis emociones, quizás en mis pensamientos... pero sólo encuentro miedo. Un miedo que hace su mayor esfuerzo por impedir los sentimientos que a veces me gustaría demostrar. 
Soy débil, pero finjo ser fuerte. Una fortaleza hipócrita que me vuelve más frágil, aún. Entonces lo abrazo y él me corresponde. 
Pienso en que me gustaría entregarle lo mismo, pero no puedo, porque si lo hago, terminaría dando el doble de lo que recibo y es por ello que siempre sufro. Porque aunque no lo aceptemos, sería todo mejor si en vez de proyectarnos una vida futura con la otra persona, nos imagináramos qué haríamos si termináramos. Quizás así estaríamos preparados para un adiós repentino y las despedidas no dolerían tanto como suelen hacerlo. Entonces el amor nos contradice, porque para no llorarlo, hay que caminar con cautela, con cuidado y con delicadeza, nunca regalando cariño sin ver cuánto y a quién, sin embargo...
si no nos arriesgamos, ¿qué sentido tendría? 
Y finalmente, le digo ese "te quiero" que él tanto esperaba de respuesta, porque en el fondo, ambos sabíamos que sí lo sentía.

1.


Mentiras que recorren
Cada rincón de la tierra,
Miseria que se siente y se ve
al definir esta era.

¿Porque vivimos como vivimos?
Me preguntó un aquel pequeñito
Porque así crecimos y así vivimos
Creo que le he mentido
¿Tiene algún sentido ?.
¿Mentir cada vez con más regularidad?
No lo creo.
Me miento una vez más

Mundo utópicos son los que sigo
Y a esta altura creo que en ellos vivo.
En un mundo en donde un guerrero me aconseja
Y unas mentiras me reinan.

Setenta

Se fugó el individuo que con roble hicieron callar,
le aplastaron contra un muro,
cayó la maravilla de la colectividad.

Murió la bella actitud,
la pulcritud de aceptar.
Una saturación oscura,
ente sin libertad,
el desencanto,
por no gustarme la habitación,
 cuando el sol agoniza en un lado determinado.
Aceptar cerrar la puerta,
dejando sucia la manilla,
y huellas de pequeños pies en el piso.

Una campaña después de las trincheras,
orden gravitacional tardío,
los nueve dijeron estar bien,
en sus baldosas de siete por siete,
mientras una enfermera pintaba la frente del general,
de ya unos casi veinte.

Al final

La comisura se figura
en esa vitrina pudorosa
 que asiente la postura
de mi boca silenciosa.

Las miradas no se tocan
titubean en su borrador.
Es cuando desbocan
para volver a desbrozar.

Parpadean unas frases
pisan con prisa
se estrechan con ristra
solo por despedida.

Lo de siempre


El arco iris ya no irradia nada
colores consumados
por errores pasados
ácidas lluvias de hirientes adjetivos
una violenta guerra
mi pasado el enemigo.
No tengo arma
ni como defenderme
espero inquieto
un ataque sorprendente
espero el golpe
de las acciones pasadas
espero que me desarme
el corazón en mil palabras.
La amargura bajo la lengua
es constante
por más que trate de ser dulce
mi animo decrece 
la pena crece
y la mente se pregunta
¿Hasta cuando seguirá la felicidad difunta?


El cuaderno y el lápiz 
esa es definitivamente una mala junta
no me permite crecer
ni creer
la alegría absorbe
ya deje de creer
que lo podre dejar
si dejo de escribir es probable que falle aun más.


Las estrellas se alejan cada vez más
¿O seré yo el que se hunde en este mar?
No tengo en quien confiar
hay momentos en que todos me parecen diferentes
momentos en los cuales
todos se hacen los indiferentes.
Y aunque los ojos están secos
el corazón llora tinta 
la sangre negra, mi perdición
la asesina de sueños y de razón
solo letras 
pueden fluir del corazón.


Cambiar ya no es una opción 
y la redención no es más que una vieja canción
un tango
que yo no se bailar.
El remedio es muchas veces peor que la enfermedad
mi remedio es una droga
que cada día me exige más y más
más tiempo
más energías 
yo no me siento el mismo
que solía decir que era.


¿Mi vida una mentira?
Que bien
veo que por fin me empiezas a conocer
no reclames
si no sabes porque 
no preguntes
si no quieres saber
no me pidas que deje esto
no puedo ni quiero
cada vez que puedo no lo hago
cuando quiero la pluma no me deja.
Exigencia literaria
lagrimas acumuladas
felicidades eliminadas
según el cuaderno estas no sirven para nada.


¿Fabián, nunca te cansas de correr?


Ya soy todo un atleta
que corre de su atardecer
por miedo a que se nuble
o simplemente por miedo a ser más.
¿Superar miedos?
Eso es para los valientes.
¿Triunfar?
Así no aprendes lo que es fallar
ya deje de volar
por miedo a aterrizar
ya deje de creer
que el esfuerzo vale la pena.